Una pequeña y hermosa guerrera descansa sentada cómodamente sobre el enorme macho al que acaba de abatir, antes de recolectar sus merecidos trofeos -
la cabeza y los enormes genitales del estúpido bruto -. No es que haya
tenido que esforzarse - para una Mujer vencer a un hombre es tan fácil
como aplastar una cucaracha- pero ¡hace tanto calor!
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