Después de estrangular al enorme y estúpido bruto con su finísimo alambre de acero al carbono - arma maravillosamente femenina con la que ha exterminado innumerables cucarachas masculinas - la Baronesa comprueba que su aspecto sigue siendo tan radiante como siempre. Como experta Cazadora de hombres, sabe que su belleza es un arma poderosa: confunde y debilita al macho, dejándolo en disposición de ser rematado cómodamente por la Hembra superior.
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