miércoles, 6 de abril de 2016

Mi pequeña guerrera, mi Reina - My little warrior, my Queen.


Cuando está a punto de comenzar el combate, en el patio de la Academia de Guerreras, entre la gigantesca Groga y la pequeña y hermosa Lila, las compañeras de las dos muchachas observan asombradas cómo la fortachona, a la que todas dan por segura ganadora, se arrodilla ante Lila y con toda humildad y devoción besa sus pies y sus hermosas manos. Acto seguido, sujetando su enorme espada en actitud de ofrenda, besa y lame casi en trance la tierna y delicada vulva de la pequeña guerrera, acto por el cual le hace entrega de todos sus derechos como ciudadana, y la reconoce como su dueña y legítima propietaria. 
La bella Lila pasa de la intensa preocupación por un combate que daba por perdido a no caber en sí de puro gozo. Que la guerrera más prometedora, fiera y poderosa de toda la Academia se haya declarado su humilde esclava -doblegada por su increíble poder femenino- le dará un prestigio con el que hasta ahora sólo había podido soñar.

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